14 de septiembre de 2010

Habichuelas mágicas

Poco a poco ascendió por la planta que surgió de la tierra hasta las nubes. Y, al llegar ahí, vio una enorme reja dorada custodiada por seres alados extraordinarios. Al acercarse al umbral, miró a un hombre de larga barba, vestido de blanco y con un manojo de llaves en su mano. Y entonces supo que los gigantes, huevos de oro y tierras mágicas no existen…

Joel González

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